lunes, 22 de febrero de 2016

Expertos bolivianos realzan al Eco literato, semiólogo y humanista



La influencia de la obra de Umberto Eco en Bolivia puede encontrarse en tres dimensiones: la literaria, la referida a la semiología y la humanista, según comunicadores y literatos nacionales que destacaron la obra del italiano fallecido el viernes.

Andrés Eichmann, catedrático de literatura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), remarcó la profunda influencia de la obra del escritor italiano en dos áreas: la semiología y la literatura. “Su novela El nombre de la rosa (1980) marcó un hito en la literatura universal y nos presentó una nueva forma de trabajar el género policial, además de tocar temas muy importantes”.

Patricia Flores, comunicadora e investigadora, aseguró que “para muchos comunicadores de mi generación Eco (quien murió a los 84 años en su casa en Milán) fue una de las lecturas imprescindibles durante nuestra formación académica”. Se refirió específicamente al texto Apocalípticos e integrados, publicado en 1964. “Con este libro me acerqué al análisis de los medios de comunicación y de la utilización de los arquetipos en la producción cultural de la humanidad. Es algo que continúa vigente”.

La comunicadora Carmen Ruiz agregó otra dimensión a la obra de Eco: la humanista. “Siempre mostró interés en la gente, en la cotidianidad de la humanidad. Eso lo demostró en sus ensayos y novelas, y como columnista”.

Personalidades de todo el mundo, desde autoridades a escritores, manifestaron desde el viernes su duelo por el fallecimiento de Eco. La Agencia de Noticias EFE informó de que el presidente de Francia, François Hollande, recordó ayer al escritor como un “inmenso humanista”, que “se interesaba por todo” y se encontraba “igual de cómodo con la historia medieval que con los cómics”.

NECESARIO. El Gobierno colombiano se sumó ayer al pesar por la muerte del escritor mediante un comunicado oficial en el que definió al autor italiano como “gran pensador y humanista” cuyas reflexiones “harán falta en este mundo de grandes turbulencias”, también según la agencia EFE.

Jean-Jacques Annaud, el director de cine que adaptó la novela El nombre de la rosa en una película de enorme éxito comercial y de crítica —que contó con el actor Sean Connery como protagonista—, recordó su colaboración con el italiano. “Visitamos un montón de monasterios juntos, tenía una energía increíble”, dijo a la radio France Info.

A los admiradores de las obras de Eco que ya hayan leído su reciente Número Cero —una novela que analiza con humor y profunda crítica los medios de comunicación— aún les queda un consuelo, porque en marzo estará disponible en las librerías su último libro, Pape Satan Aleppe, según anunció ayer la escritora italiana Elisabetta Sgarbi.

Un maestro en varios campos

Filósofo

Nació en Alessandria, en la región de Piamonte, el 5 de enero de 1932. Estudió filosofía en Turín.

Títulos

Apocalípticos e Integrados, El nombre de la rosa, El péndulo de Foucault, Número Cero.

Póstumo

En marzo saldrá el libro Pape Satan Aleppe.

Una Italia en duelo recuerda la obra de Eco

Autoridades políticas e intelectuales alaban su aporte a la literatura

EFE - Roma

Italia se vistió de luto para despedir a Umberto Eco, el intelectual de espíritu inquieto y curiosidad crítica insaciable que regaló a la literatura joyas como El nombre de la rosa, que se convirtió de manera fulgurante en un éxito de ventas en 1980 y que fue llevada posteriormente al cine por el francés Jean-Jacques Annaud.

Cuando aún no se han confirmado los actos oficiales de despedida, muchos se lamentan en Italia de que Eco no fuera galardonado con el Premio Nobel que creen que merecía por haber sido el “humanista total” que llevó la literatura y el pensamiento italianos a todos los rincones del mundo.

El primer ministro del país, Matteo Renzi, quiso dar su adiós al autor de El péndulo de Foucault describiéndole con la frase: “un gran italiano, un gran europeo”. Mientras, el presidente, Sergio Mattarella, destacó que fue “un hombre libre, dotado de un profundo espíritu crítico”. “Umberto Eco vivió inmerso en las contradicciones de su tiempo, sin dejarse abrumar”, subrayó.

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