domingo, 8 de enero de 2012

¿Qué nos dejó el 2011 en literatura infantil?

Isabel Mesa ofrece nuevamente un análisis de lo mejor de la producción de literatura infantil y juvenil boliviana en el pasado año.

El año que se va ha dejado alrededor de 40 obras nacionales destinadas a niños y jóvenes, de las cuales nueve son reediciones. A diferencia del año pasado, en el que la novela fue el género más importante, ahora es el cuento el género más publicado.
PARA LOS MÁS PEQUEÑOS. Las hermanas Caero, Isabel y María Luisa inician junto a Aida Soria Galvarro una serie de cuentos para los más pequeños con matices ecológicos, con temas como la tala indiscriminada de árboles, el no encendido de fogatas y la importancia de la lluvia. Algunos de estos cuentos están escritos en verso (Ed. Kipus). Sin embargo, lo loable de este grupo, en el que incluyo a Guillermina Jofré y Óscar Novillo, es la reedición de cuatro cuentos cortos que fueron traducidos al quechua y que hoy se los puede leer en quechua y castellano. Tal es el caso de Eufrocina en la cocina, Lira lira Marinita, Lita y los cinco minutos y Luna Juguetona (Ed. Kipus). Por su parte, Rosario Quiroga nos regala dos libros. Tula y Hartopie, la historia de un ciempiés que se accidenta en el camino y que es socorrido por su amiga tortuga, y El crucero de las ABC (Ed. Kipus), una serie de cuentos escritos en verso. La cruceña Gigia Talarico nos trae una reedición de uno de sus cuentos en una hermosa edición ilustrada con el título de Comiendo Estrellas (La Hoguera). En otra bellísima edición de libro ilustrado está el cuento Mis hormiamigas, de Biyú Suárez, y Norma Mayorga publica dos cuentos en verso que titulan La otra gata y Navidad sin Papá Noel.
PARA NIÑOS ENTRE OCHO Y DIEZ AÑOS. Velia Calvimontes nos deleita con un libro de leyendas de Bolivia y el mundo, Leyendas hiladas con decires y hebras del tiempo, y otros dos cuentos. En su Babirusa, Ángel, Diablejo y Drácula, la autora inserta al conde Drácula en las aventuras de sus ya conocidos personajes Ángel y Diablejo, quienes andan pendientes el uno del otro. Buenos días, Isabel es la tierna historia de una niña del campo que se gana la vida lavando la verdura recién cosechada de los productores y cuya monótona vida tendrá un cambio gracias a la visita de un pariente de la ciudad. Julia Sueldo publica un libro que tiene que ver con experimentos científicos y ficción que titula Cuentos con ciencia (La Hoguera). Una recomendable novela corta muy bien escrita es la que nos trae Mariana Ruiz con la segunda parte de Uma y el círculo mágico. En Uma y el tren a las estrellas (La Hoguera), el protagonista toma un tren en el que se encuentra con distintos personajes de las tradiciones andinas: el pepino, los morenos, los difuntos, etcétera. Sarah Mansilla nos regala un resumen de su novela Benjamín y el séptimo cofre de oro en una edición a todo color ilustrada por Lara Sabatier.
Un género que no cuenta con muchas obras en la literatura infantil es el teatro. Sin embargo, el 2011 nos sorprende con tres obras, dos infantiles y una juvenil. El niño que fue Papá Noel (Ed. G.U.M.), de Jorge Wilde Cervantes, obra en un solo acto escrita en los años 80. Una familia de bajos recursos trata de conseguir el regalo que quiere el hijo. La parte rescatable de la obra es el diálogo que establece el niño protagonista con Papá Noel, divertida y original. Una obra excepcional es Y Colorín Colorado (La Hoguera), de Rosalba Guzmán, en la que los personajes Había una vez y Colorín Colorado deciden buscar lo que está en medio de ellos y no conocen, es decir, el nudo de la historia.
A PARTIR DE LOS DIEZ AÑOS. La única novela infantil publicada en 2011 fue El mensaje secreto de la ciudad perdida (Ed. Kipus), de Fanny Escóbar, una obra de ciencia ficción que ubica a la desaparecida Atlántida en el centro del altiplano boliviano. En el ámbito juvenil se publicaron dos novelas. Mi nombre es Clotilde (La Hoguera), del cruceño Alcides Parejas, una nueva novela histórica de este autor que es la continuación de La Francesita. Finalmente, una novela exquisita para el público adolescente es Lo bonito de ser feos, de Róger Otero; bajo mi percepción, esta obra es lo mejor que nos trajo 2011 en el tema de ficción. De Carlos Azurduy nos llega El abrigo de Matilde, una serie de cuentos que tienen que ver con la época de la dictadura. De Raúl Vaca Pereira, en el mismo rango juvenil, tenemos las obras de teatro El Buri y La Molienda (La Hoguera), ambas en el mismo libro, que relatan historias costumbristas del oriente.
Reediciones importantes fueron la de La abuela Grillo (Ed. Nicobis), de Liliana de la Quintana, y la traducción de La portada mágica (Ed. Gisbert), de mi autoría, al idioma alemán.
PARA FINALIZAR. Es de lamentar que Editorial Santillana haya suspendido este año los únicos premios nacionales de Literatura Infantil y de Literatura Juvenil. Estos premios tuvieron solamente dos versiones. Por otro lado, el Espacio Simón I. Patiño realizó la primera convocatoria de Libro Álbum que tuvo como ganadora a la obra La tía Dorita, de Rosario Moyano. Como menciones de honor, las obras El tren de la noche, de Guiomar e Isabel Mesa, y Agustina y ellos, de Lucía Parejas y Romanet Zárate.
*Autora de literatura infantil

40 son las obras nacionales del rubro que vieron la luz durante 2011.

9 son las reediciones de libros que se ofrecieron al público boliviano el pasado año.

El aÑO QUE SE VA HA DEJADO ALREDEDOR DE 40 obras nacionales destinadas a niños y jóvenes, de las cuales nueve son reediciones. A diferencia del año pasado, en el que la novela fue el género más importante, ahora es el cuento el género más publicado. Es de lamentar, sin embargo, que Santillana haya suspendido este año los únicos premios nacionales de Literatura Infantil y de Literatura Juvenil.

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