jueves, 5 de enero de 2012

‘Demo es un libro que me ha dolido y me ha costado’ Jessica Freudenthal.

¿Cómo decidiste dedicarte a la poesía profesionalmente?

Nunca lo había pensado. Desde muy joven escribía cosas, hasta que alguien me dijo que eran poemas. Yo leía poemas, pero nunca acerqué lo que escribía a lo que leía. A mis 18 años, o un poco menos, le mostré mis textos a Blanca Wiethüchter, y ella me dijo: “Mejor dedícate a la zapatería”. Yo lloré mucho y así decidí dedicarme a esto como una forma de vida.

¿Crees que en este medio ser poeta tiene más dificultades?

Ser poeta es difícil. Trabajar y vivir de la poesía no es posible realmente. Puedes hacer proyectos relacionados con la educación, por ejemplo, pero comer de tus libros no, por lo menos en Bolivia.

En estos tiempos de universalización de la poesía por internet, te mandan poemas por mensaje de texto y creen que basta estar enamorado para escribir, ¿cuál es tu labor?

La poesía es una obra de arte. Lo hemos discutido mucho con gente de otras disciplinas. ¿Por qué un texto inserto en un libro con hasta 100 poemas vale a lo mucho Bs 40 y una obra de arte cuesta cientos o miles de dólares, cuando un poema requiere del mismo ejercicio? ¿Por qué el Premio de Novela paga Bs 84 mil y el de Poesía Bs 22 mil? Dentro de eso, como profesional, me veo en el ejercicio del arte, que como tal demanda un rigor muy fuerte y un trabajo duro sobre el lenguaje, la forma, el fondo, el tema... Son horas de trabajo, además de emociones y el sueño que te pueda quitar.

¿Para qué te sirve la poesía?

Para vivir. Yo no puedo respirar sin poesía, sin leerla o escribirla. Es igual que con el arte o el cine, son tres cosas que me ayudan a sobrevivir el hecho de que al frente se construya un edificio, que haya basura por todo lado o que la gente esté gritando. Son aquellas cosas las que te dan las ganas de seguir viviendo.

¿Y para la sociedad?

Nos ayuda a identificarnos, a soñar, a hablar de nuestros problemas, a encontrarnos como humanos. La poesía te da eso, te da la entrada a disfrutar de este mundo y de otros mundos posibles a través de la palabra.

Tu más reciente publicación, ‘Demo’, ha figurado en una lista de los 12 mejores libros bolivianos del año. ¿Qué otras alegrías te trajo este poemario?

Me está haciendo feliz. A mí me ha sorprendido, pues se decía que era complejo en su forma y en su contenido. Lo bueno es que puedes abrirlo como quieras y leerlo desde donde desees. No es un poemario tradicional, no en la forma ni en las voces que trabaja; se usa mucho el nosotros. Habla del tema político, de la coyuntura y el momento de cambio desde un punto de vista crítico. Demo es un libro que me ha dolido y me ha costado mucho escribir. Ha sido duro, he llorado varias veces al leerlo, por todo lo que implica.

¿Qué viene después del libro?

Uno crece con sus realizaciones y logros. Primero está el poder publicar los libros, porque cuando los sueltas ya no son tuyos.

Todo lo que venga después ya son regalos. Más allá de la lucha de que un libro logre salir a la luz, para mí es importante el viajar a festivales, visitar colegios y seguir dando talleres. Son pequeños logros, pero muy importantes para mí. Por eso, este 2012 voy a comenzar con el taller de poesía experimental.

Perfil

Jessica Freudenthal Ovando nació el 6 de junio de 1978. Ha publicado en poesía Hardware (Plural 2004, mención de honor Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal) y Poemas Ocultos (2006).

Animación

Fue coordinadora del proyecto de mediación y animación de la lectura y escritura creativa “Sensibilización poética para niños y niñas de Bolivia”. Editó la colección Patapata de poesía infantil y un libro de orientación para padres y educadores.

La obra

El poemario Demo ha sido editado por Plural. El libro de Freudenthal habla de la identidad, con una mirada crítica del país.

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