miércoles, 1 de junio de 2016
Video Gioconda Belli: “La crítica es machista en Latinoamérica”
Antes de la conferencia magistral que brindó anoche en la XVII Feria del Libro, Gioconda Belli conversó con EL DEBER, de literatura, política y de su obra enfocada en la reivindicación de la mujer en diversos aspectos.
¿Qué le parece estar en la feria del libro cruceña y en Bolivia por primera vez?
Siempre tuve curiosidad por visitar Bolivia, un país con una historia muy turbulenta y con grandes hechos históricos. Era un tema pendiente en mi vida. Y las ferias del libro son espacios propicios para hablar de lo que ocurre en nuestros países, de las cosas que tenemos en común, en este caso con la literatura de por medio.
Las ferias también son plataformas para hablar de política, un tema que para usted no es ajeno…
La política para mí es la vida de la polis, la vida de la población, de la gente. Y uno no se puede sustraer de lo que les pasa a los demás, porque es lo que nos pasa a nosotros también.
En mi caso me gusta el debate, me parece que el debate en América Latina es muy importante, que todavía estamos buscando un modo de ser diferente. Los gobiernos latinoamericanos de los últimos años han sido cada cual en su manera experimentos interesantes, pero tienen que arreglar algunos baches.
¿Qué rescata de lo hecho por estos gobiernos?
Yo rescato la voluntad de estos gobiernos de hacer algo, de buscar la justicia y de que hubieran salido no de las clases altas, sino de procesos de lucha, a través de movimientos sociales, que se propusieron eliminar la división de clases. Pero, lamentablemente, han caído en una contradicción, porque son gobiernos que apoyan el mercado libre pero no la libertad política.
¿La literatura sirve para entender a la política?
Yo no uso la literatura para dar mensajes políticos, pero mi interés por la vida de las personas, por la situación de las mujeres me lleva a historias que me parecen sumamente interesantes, por ejemplo la posibilidad de cambiar, me gusta eso dentro del ser humano.
Parte de ese interés se refleja en La mujer habitada (1988), su primera novela. ¿Qué más buscó a través de esta obra?
Yo era poeta y en un momento sentí que quería escribir algo más. Mi poesía es muy personal, muy íntima, entonces lo quería era escribir sobre mi experiencia colectiva, mi experiencia en la revolución sandinista. En esa búsqueda, haciendo un día un ejercicio de descripción, desde el recorrido que yo hacía desde mi casa hasta mi trabajo, me encontré con la protagonista de La mujer habitada. La vi, literalmente, y empecé a seguirla y a describirla caminando por la ciudad. Varias páginas después me di cuenta de que estaba escribiendo la novela.
En su momento usted se ha referido a los obstáculos por los que atraviesa quien escribe sobre temas que tienen que ver con las mujeres.
¿Cuáles son los principales problemas?
El principal es que la crítica, manejada por hombres, tiende a minimizar el trabajo de una escritora porque supuestamente se trata de literatura light. Realmente, en Latinoamérica la crítica ha sido bien machista y a las mujeres en la literatura no se le ha dado su lugar por este tipo posturas.
¿Le ha costado en algún momento que la publiquen?
Afortunadamente fui muy dichosa de que me publicaran bastante rápido. Estuve viviendo varios años en EEUU, donde me publicaron en inglés. Pero lamentablemente, se han cerrado algunas editoriales y ahora está costando que se hagan algunas traducciones. Por suerte me ha ido bien en editoriales de Europa. Cuando sos un autor de la casa ya no es tan difícil
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